intento de cita 1

Al fin llegó el viernes después del funeral de Panchito. Sí, he llamado Panchito al pobre periquito mandarín asesinado por moi. Creo que al menos se merecía un nombre, ¿no? Siempre estará en mi corazón (LLL)
Como le debía una cita al hijo del ama de llaves, me vestí toda provocativa con el vestido de putón que me dejó mi amiga Hannah , que es un poco vulgar, pero me da el aspecto de mujer de vida alegre que necesito para poder pasar a mayores con el chavalín. A mi querido Grimaldi no le he dicho nada, porque no quiero que vuelva a amenazar con suicidarse . Es algo que suele hacer siempre en vísperas de Navidad, es como una tradición (Al final se arrepiente, y acabamos brindando con Freixenet en el Upper west side)
Pues como decía, le he llevado al Rich, y he pagado yo, porque allí soy cliente selecta y preferida, pero él no parecía muy contento. Ha estado toda la velada callado, y me ha recordado a aquella vez que mi abuela Margot se tragó una avispa y le picó en ( oh, que asco ) la garganta. Tenía esa expresión de extrañez y horror. Fui al baño, para ver si me había salido algún grano, pero estaba tan guapa y tan perfecta como siempre. Entonces cuando salí, encontré a dos tipos fortachones que se llevaban a mi adorable ligue a la calle, lo metían en una furgoneta, y se largaban. Y yo me quedé allí, querida Daisy, compuesta y sin churri, con mis Loboutin rosas, el vestido sexy y el maquillaje de L´oreal, con la única compañía que un salmón recién traido de Canadá y una copa de champagne.
Entonces, como caida de las nubes, me llegó la respuesta a aquel incidente :
-Grimaldii!!!!!!!!!!!!