Querida Daisy, como soy una persona muy compresiva y muy maravillosa, me ha parecido fatal que mis compañeras dejen tirada a la chica poseída solo porque ahora echa espuma por la boca y dice maldiciones en latín, y para que observen lo que realmente hace una señorita bien, he ido a verla.
La he encontrado mejor de lo que esperaba: ya ha dejado de hablar en arameo, lo ha sustituido por el portugués, ya que opina que le vendrá mejor en sus planes para dominar el mundo.
Le he aconsejado que se ponga mechas, ya que como pone mucho los ojos en blanco le resaltarán más el color de las cejas.
También ha intentado clavarme un cuchillo en el corazón, y eso me ha parecido claramente descortés, por lo que le he mandado mi carta semanal a Grimaldi informandole de mi situación.
Pienso demandarla
Demanda, demanda.
ResponderEliminarA sacarle los cuartos!