Querida Daisy:
No pude escribir antes, porque estoy en El Vaticano. Sí, sí, como lo lees. Después de que el cura diagnosticase que Grimaldi había sido poseído por un bicho extraño, la madre de Grimaldi ( la llamaremos Thebigbitch, para no poner nombres) empezó a llorar y chillar que todo era por mi culpa, que era una mala influencia para su pobre hijo, que ahora estaba predestinado a vivir entre camisas de fuerza o cómo enterrador psicópata con obsesiones maníaco-compulsivas y toda una sarta de calumnias que propiciaron que pusiera mi decimonovena demanda en lo que llevamos de año.
Yo le contesté, toda educadísima como persona fantástica que soy, que Grimaldi no era lo que se dice un santo, un poco simplón sí, para que negarlo, pero santo no. Y si la señoritísima no me creía, por mí cómo si se iba a dar de pastar a ovejas .
Esto le debió sentar mal, porque empezó a llamarme cosas HORRIBLES y a decir que ya las pagaría, que yo era una mujer libertina, que iría al infierno con mi comportamiento pecaminoso e impío y que iba a ser la perdición de su familia.
Total, que el cura nos dijo que lo mejor era llevarse a Grimaldi a Roma, a que Su Santísima Santidad in person le realizase un exorcismo. Yo ya había estado en Roma y la verdad es que la ciudad está hecha un asco, no te voy a mentir, pero me tuve que aguantar e ir, porque la madre de Grimaldi requería mi presencia por si había que echarle a alguien la culpa delante de la Interpol si las cosas salían mal.
Con lo que no contaba la señora, es que a la llegada a Roma, un grupo de satánicos fanáticos de Marilyn Manson( que no Monroe) nos estaban esperando, y nos han secuestrado.
Llevamos dos horas en una habitación con las paredes ocres (aggg), menos mal que hay internet y puedo escribirte por la Blackberry.
La madre de Grimaldi se ha tirado chillando cómo doce horas, hasta que se ve que se ha quedado afónica, y está en un rincón arañando las paredes. Creo que no se encuentra muy bien. Grimaldi está en paradero desconocido. Me pregunto cuándo se almorzará aquí
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