miércoles, 12 de octubre de 2011

En alta mar, día 2

Diario de a bordo:


Cómo bien sabrás, hoy es el día en el que Cristobal Colón demostró no tener ni puñetera idea de geografía al confundir la India con América. Cómo el pobre está muerto y no hay nadie que se pueda reír de él ni bailar sobre su tumba ( tengo que averiguar dónde está) en el barco vamos a hacer una parrillada a la que permitiré que acudan los esclavos ( perdón, marineros) para que se les pase ese odio infundado y carente de sentido que tienen hacia mi persona.



Hace un día maravilloso, pero mi Blackberry sigue sin funcionar, aunque sin Wifi tampoco iba a conseguir mucho. Supongo que me tendré que adaptar y vivir cómo vivían en la Edad Media, con tele analógica y discmans de los chinos.



También he llegado a la conclusión de que quiero una mascota. Pero no una mascota cualquiera. Quiero la cabra de la Legión. Grimaldi dice que eso es imposible, y más en un día cómo hoy, que se venera a las cabras legionarias cómo si fuesen Dios o Justin Bieber, pero es que he leído en Vogue que este otoño se va a llevar el estilo militar, y necesito complementos.



En el desayuno he conocido a dos plebeyos que harán de guías en nuestras expediciones, se llaman Eustaquio y Escolástico. No sé si son chicos o chicas, son cómo esos japoneses andróginos de los que no sabes si aterrarte o tirarles ficha, tendré que averiguarlo también.

Me voy a dar una ducha/baño o lo que quiera que se pueda llamar así en este antro. Te mantendré informado





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