miércoles, 25 de enero de 2012

vida bucólica en mitad de la selva

Diario de a bordo:
Tengo nueva mascota. Es un niño nativo, se llama Khashureeenna Khalei Urrytmnh, pero para acortar y crear ambiente de familiaridad yo lo llamo Paco.
Se me ha pegado ( se ve que tiene complejo de lapa) y no me deja ni a sol ni a sombra. Al principio temía quedármelo, porque su tribu quiere matarme y tal, pero viendo que pasan bastante de él y que yo no tengo a nadie a quien amargarle la existencia, lo he adoptado.
No hace mucho la verdad, pero si le tiro palitos va a por ellos. Una vez estuvo el día entero sin aparecer y volvió a medianoche sin palo y con un conejo muerto. Qué majete.
Pues eso diario, en una de estas tardes en las que Paco está jugando a quemar cosas con mi mechero de Lacoste, me he puesto a desvariar un rato, porque echo mucho de menos a mis criados. Tal vez debería reclutar más nativitos y crear un super ejército. O quizás podría obligarles a que me sirvieran eternamente, pero creo que no me harían mucho caso, porque la otra noche le ofrecí a Paco un euro por hacerme la colada en el lago y se comió la moneda. No le gustó mucho, porque estuvo con fiebre y espasmos seis horas.
No sé qué ha sido de mis índices de crueldad, mis niveles están bajando desmesuradamente. ¿Será este crío tan raro, que se parece al niñato de los Thornberrys?¿ o la soledad? ¿o es que me estoy haciendo vieja?

jueves, 12 de enero de 2012

Navidades a lo cutre

Diario de a bordo:
Sé que te preguntarás qué habrá sido de mí, y si he sobrevivido a mis Navidades a lo náutico.
La verdad es que no me ha ido tan mal. Acabé llegando a una islita desierta muy cuca, dónde unos nativos me acogieron muy amablemente. El problema es que eran caníbales y la cosa acabó regular, ya que me parece un gesto de descortesía el tema ese de intentar comerse a la invitada y tal, asique además de huir ( qué temporadita) he decidido cortar lazos con ellos definitivamente.
El día de Navidad me autoregalé dos cocos con una sombrillita, pero fue un poco cutre, porque la sombrillita estaba hecha con una pajita que me traje del barco y una hoja de un árbol que resultó ser venenosa, por lo cuál me pasé toda la semana siguiente sin poder apenas probar bocado y con la lengua cómo un tomate.
Sigo esperando ver algún yate o en su defecto barco que pueda salvarme, pues temo que los nativos me encuentren y me utilicen cómo su roscón de reyes particular.
¿Por qué el karma me odia, diario?