jueves, 22 de diciembre de 2011

Niñatos de san Ildefonso

Diario de a bordo:
No hay nada peor que estar perdida en mitad del océano, con hambre y en mitad del triángulo de las Bermudas. Nunca había creido esas leyendas de que pasan cosas extrañas y la gente desaparece, pero esta mañana ha ocurrido algo realmente singular.
Me encontraba yo riñendo con los delfines imaginarios de mi mente, producto de la sobreexposición al agua salada, cuando de golpe, ha aparecido un pulpo al lado del bote.
-Ha llegado mi hora-pensé, y me dispuse a ser devorada por el bicho. Pero cuál fue mi sorpresa al percatarme de que el pulpo, en vez de atacarme con su tinta, echaba chispitas. Sí, chispitas electrónicas acuáticas. ¿Razón? se había tragado una radio.
-Genial-pensé de nuevo-ahora podré sintonizar Europa FM y perecer al son de Bruno Mars o en su defecto Lady Gaga-pero cómo el pulpo ese día estaba bastante sorprendente, comenzó a sintonizar la lotería del Niño.
Esto me recordó el año en el que yo fui niña de San ildefonso. Lo recuerdo a la perfección, tenía quince años y una prometedora vida cómo cani por delante. Me tocó cantar el gordo, pero un asqueroso niño bosnio me lo robó y lo cantó él. Esa misma noche, mandé a mis pupilos ( Grimaldi era uno de ellos) para que rapasen y le inyectasen botox en las orejas. Fue mi primera demanda, qué tiempos aquellos. Este maldito pulpo pretende que me venga abajo, pero no lo conseguirá. Tengo que acabar con él antes de Nochebuena, paso de escuchar a Raphael. Yo soy más elegante, más cool...más de Javi Cantero, vaya

sábado, 17 de diciembre de 2011

Me muero de hambre

Diario de a bordo:
Llevo casi un mes perdida en el mar. El bote salvavidas que robé está durando demasiado, y tengo la sensación de que mi fin está cerca. De vez en cuando tengo alucinaciones causadas por hartarme de agua salada, y veo elefantes rosas y otros extraños seres que no nombraré para que Disney no me demande por copiarme del sueño de Dumbo ( ya me demandó una vez por intentar envenenar a Grimaldi con tarta de manzana con arsénico, los yankees no tienen sentido del humor)
He subsistido a base de pan duro y chorizo patatero que encontré en las bodegas antes de mi huída a lo Misión Imposible, pero anteanoche se me acabó.
Esta mañana, mientras intentaba pescar observé cómo dos delfines venían hacia mí. Intenté atarles una cuerda para que me llevaran a la orilla, pues los delfines son, según el National geographic los animales más monos y más majos del mundo, lo cuál ya se puede observar en Flipper y sus veinte mil secuelas. Por desgracia, me tocaron los dos únicos delfines inútiles que existen en el océano, y pasaron olímpicamente de mí, mientras se alejaban riéndose de mi prematura muerte ( que venga ahora Greenpeace si tiene huevos )
Estoy pensando en empezar a comerme el diario, pero es que si lo hago nadie podrá narrar mi vida, y si mi vida no la cuenta nadie me cabrearé mucho. He de encontrar another way